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08/08/2025
Olas de calor, refugios climáticos y árboles

Con la llegada de la primera ola de calor del verano de 2025, Arnedo ha registrado temperaturas extremas que alcanzaron los 39 ºC a la sombra, situándonos en una realidad climática cada vez más habitual y preocupante. Estas condiciones refuerzan la importancia de contar con refugios climáticos, espacios capaces de ofrecer alivio térmico a la población, tanto en invierno como, especialmente, durante los episodios de calor como el que atravesamos.

Pero, ¿Qué es exactamente un refugio climático? Tal y como indica la definición más aceptada, se trata de un espacio —natural o urbano— diseñado o adaptado para proporcionar confort térmico durante condiciones meteorológicas extremas. Estos refugios pueden ser interiores (como bibliotecas, centros cívicos o edificios públicos climatizados) o exteriores, como parques con arbolado y fuentes, elementos naturales que no solo ofrecen sombra, sino que contribuyen activamente a reducir la temperatura ambiente de forma sostenible.

En el caso de Arnedo, ya contamos con espacios que actúan como refugios climáticos al aire libre, como el Parque del Cidacos, el Parque de Gloria Fuertes o el Parque de Entreviñas. También en calles como la Avenida del Cidacos se han identificado zonas con bancos a la sombra de los árboles y puntos de agua potable, como el que se encuentra junto a la guardería municipal.

Una reciente observación realizada el 19 de junio a las 16:00 h muestra de forma clara el impacto del arbolado en la mejora del confort térmico. Mientras que bajo la sombra de los árboles la temperatura era de 33,9 ºC, al sol superaba los 42,7 ºC, una diferencia cercana a los 9 grados. Aún más llamativa es la diferencia de temperatura en superficies: el asfalto al sol alcanzaba los 53,3 ºC, mientras que bajo la sombra apenas superaba los 34 ºC. Elementos urbanos como fachadas o barandillas metálicas llegaban incluso a superar los 60 ºC. Estos datos evidencian la urgencia de repensar nuestras ciudades y adaptarlas para hacer frente al calentamiento urbano, también conocido como isla de calor, fenómeno que eleva varios grados la temperatura en las zonas urbanas respecto a las áreas rurales circundantes, debido principalmente a la acumulación de calor en edificios y pavimentos, y al uso de vehículos y aparatos de climatización.

Frente a esta situación, el arbolado urbano se revela como una herramienta de primer orden. No solo proporciona sombra, sino que, a través de la evapotranspiración —el proceso natural por el que los árboles liberan parte del agua que absorben a través de sus hojas—, refresca el ambiente y mejora el confort térmico. Cuanto mayor es el árbol y su superficie foliar, mayor es este efecto. Además, los árboles permiten una mejor circulación del aire bajo sus copas, lo que refuerza esa sensación de frescor que todos hemos experimentado alguna vez bajo su sombra.

Por todos estos motivos, desde el Ayuntamiento de Arnedo se reconoce la necesidad de seguir ampliando y reforzando la red de espacios verdes y zonas arboladas, no solo como solución frente a las olas de calor, sino también como parte de una estrategia global para mejorar la calidad del aire, reducir la contaminación, embellecer el entorno urbano y, en definitiva, crear una ciudad más saludable, sostenible y habitable.

Aumentar la presencia de árboles en calles, plazas y parques —especialmente en zonas que actualmente carecen de sombra suficiente, como parte del Casco Antiguo— es un reto que debemos abordar con decisión. Porque cada árbol cuenta, y porque en un futuro donde las temperaturas extremas serán más frecuentes, invertir en naturaleza urbana es invertir en bienestar.

Carmelo Pérez-Aradros Rodríguez
Encargado de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Arnedo